La promoción del buen trato como estrategia fundamental en la prevención de la violencia intrafamiliar: una experiencia pedagógica.
En Colombia, la violencia intrafamiliar y sexual, así como los desafíos asociados a la maternidad y paternidad temprana, han sido persistentes en su impacto negativo en el tejido social. La respuesta a estas problemáticas ha evolucionado hacia un enfoque más preventivo y educativo, donde la promoción del buen trato emerge como una estrategia clave. Este enfoque no solo busca la erradicación de la violencia, sino también la construcción de relaciones interpersonales basadas en el respeto y la dignidad, elementos que son esenciales para el bienestar y desarrollo de la sociedad.
El concepto de buen trato, según la perspectiva de autores colombianos contemporáneos como implica una serie de prácticas y actitudes que promueven la integridad y la valoración del otro, en el que, de acuerdo a Arango y Campo (2000) se generan dos momentos de aprendizaje, el primero las relaciones consigo mismo y el entorno, el segundo, con el mundo que construimos a partir del respeto por la vida. Estas prácticas son fundamentales para la construcción de relaciones familiares y comunitarias saludables y están enraizadas en la cultura y las interacciones cotidianas. La promoción del buen trato se ha convertido en un pilar en la prevención de la violencia, al fomentar un cambio cultural que prioriza la empatía y la solidaridad sobre la agresión y el conflicto.
En el ámbito educativo, Ferreira (2014) destaca la importancia de la palabra en las prácticas pedagógicas, sugiriendo que la educación debe trascender el mero traspaso de conocimiento para incluir la formación en valores y habilidades sociales. Esta integración es crucial, ya que la escuela es uno de los primeros espacios sociales donde los niños y jóvenes aprenden a interactuar con sus pares y formarse como ciudadanos.
La experiencia reciente de la Fundación Alberto Merani en la localidad de Fontibón ilustra el potencial de estas intervenciones. A través de la formación técnica y logística, se han desarrollado experiencias pedagógicas que han permitido a la comunidad educativa reconocer los diferentes tipos de violencia y equiparse con herramientas para el pleno ejercicio de sus derechos. La orientación y asesoría familiar han generado acciones de transformación que se reflejan en cambios de actitud y discurso, evidenciando el impacto positivo de estas iniciativas.
La metodología empleada ha sido participativa, involucrando la pedagogía social para la participación de todos los miembros de la comunidad en un proceso de reflexión y acción colectiva. Martínez (2020) resalta que este enfoque de transformación cultural es esencial para garantizar que la participación de la comunidad sea pertinente y efectiva, ya que permite que las soluciones surjan para fortalecer todas las dimensiones colectivas del ser humano.
Para avanzar en esta dirección, es fundamental que las estrategias de prevención y promoción se enfoquen en el cambio de patrones culturales y la educación desde edades tempranas. La maternidad y paternidad temprana, por ejemplo, deben abordarse con programas que no solo informen, sino que también empoderen a los jóvenes para tomar decisiones informadas y responsables.
Sin embargo, la implementación de estas estrategias no está exenta de desafíos. La adaptación de las intervenciones a las dinámicas culturales y sociales específicas de cada comunidad es un proceso complejo que requiere una comprensión profunda del contexto local. Además, la sostenibilidad de estos programas depende en gran medida del apoyo continuo de las políticas públicas y de la inversión en programas de prevención y promoción del buen trato.
En conclusión, el desarrollo de experiencias pedagógicas significativas, encaminadas hacia la sensibilización y transformación desde una metodología pertinente, contextualizada e intencionada, brinda a los niños, niñas, adolescentes, jóvenes, madres, padres, docentes y/o cuidadores y comunidad en general, nuevas formas de relacionarse consigo mismos y con el otro, reconocer los diferentes tipos de violencia y contar con herramientas que les permitieron conocer acerca del pleno ejercicio de sus derechos.
La promoción del buen trato y la prevención de la violencia intrafamiliar son fundamentales para el desarrollo de una sociedad más justa y pacífica en Colombia. Las estrategias implementadas hasta ahora han mostrado resultados positivos, pero es crucial continuar con la investigación y el desarrollo de políticas públicas que apoyen y expandan estos esfuerzos.
REFERENCIAS
Arango Calad, C y Campos Sarria, D. (2000). Educación para la convivencia en contextos comunitario. COLCIENCIAS.
Ferreyra, H. A. (2014). Mesas Socioeducativas para la Inclusión y la Igualdad. Un programa “De todos con todos”. Una experiencia en construcción. Revista Interamericana de Investigación Educación y Pedagogía RIIEP, 7(2).
Martínez, L. V. (s). Estrategias de la pedagogía social para los programas de prevención de violencia intrafamiliar. Recuperado de: http://hdl.handle.net/20.500.12495/4428.
Escrito por: Fabián González. Magister en Gerencia de Proyectos